miércoles, 11 de agosto de 2010

Depresión asociada a la disfunción familiar en la adolescencia

Investigación

Introducción. Objetivo: Conocer la frecuencia de depresión en el adolescente y su relación con las alteraciones de la funcionalidad familiar.


Métodos: Se realizó una encuesta prospectiva a 747 adolescentes de 10 a 19 años de edad, de una escuela secundaria federal de Irapuato, Guanajuato. Para evaluar la depresión se aplicó el test de Zung y para detectar disfunción familiar el de Apgar familiar. Se consideró con disfunción familiar a aquellos con puntaje menor a 7 en el test de Apgar familiar y con depresión a aquellos con puntaje menor de 50 en el de Zung. Para la comparación de los grupos empleamos c2 o t de Student, dependiendo del tipo de variable y se calculó el riesgo relativo para depresión en presencia de disfunción familiar.

Resultados: El 33% de los encuestados fueron diagnosticados con disfunción familiar, clasificándose como moderada en 203 (27.2%) y grave en 44 (5.9%). Treinta sujetos (4%) fueron diagnosticados con depresión y en 43.3% de los casos estuvo asociada a disfunción familiar. El riesgo relativo para depresión en presencia de la disfunción familiar no fue significativo (razón de momios = 1.57, intervalo de confianza al 95% = 0.75-3.3).

Conclusión: En nuestra cohorte, la frecuencia de depresión fue baja y no hubo asociación significativa con la disfunción familiar.

Disfunción Familiar

Disfunción familiar, las causas y efectos

Los psicólogos afirman que toda familia tiene cierto grado de disfuncionalidad, que a largo plazo deteriora las capacidades e interacción social de sus integrantes. “Una familia disfuncional genera personas disfuncionales".
Hasta la década de los noventa, el término "familia disfuncional" se empleó para referirse a núcleos sociales con notables problemas de violencia y falta de comunicación; sin embargo, en los últimos años ese concepto ha cambiado radicalmente, al grado de que los psicólogos afirman que toda familia tiene cierto grado de disfuncionalidad, que a largo plazo deteriora las capacidades e interacción social de sus integrantes.

“Una familia disfuncional con el tiempo genera personas disfuncionales, quienes van a trabajar, acuden a la escuela y se relacionan como pueden con los demás,” explica la terapeuta familiar Cecilia Quintero Vásquez. “Los efectos negativos no sólo se observan en los hijos, sean niños o adolescentes, sino también en los padres, con múltiples repercusiones sociales y laborales que van más allá de la violencia y las adicciones.”

Cuando la familia impide crecer

El concepto de "familia disfuncional" es ya de uso común y, al menos de forma aproximada, mucha gente lo entiende. Su origen se encuentra en el área de la psicología y en un principio sirvió para designar a aquellas células de la sociedad con situaciones conflictivas que iban en detrimento del buen desarrollo de las habilidades de sus integrantes, sobre todo de adolescentes y niños.

A partir de esa idea se han explicado muchos fenómenos sociales: alcoholismo, drogadicción, violencia, agresividad o delincuencia, de modo que un juicio superficial podría señalar a este tipo de familias como el origen y única responsable de los males comunitarios, pero no es así.

Realización y satisfacción afectiva

La mejor comprensión de la psicología humana, así como de las relaciones interpersonales y las que se crean en el interior del hogar, nos han llevado a entender que la salud psicológica se basa en dos ejes fundamentales: la realización personal y la satisfacción afectiva.

“Si observamos con atención, vamos a descubrir que las familias disfuncionales son aquellas que no están permitiendo la realización de sus individuos, y no les dan las condiciones para que alcancen esa impresión de que pueden tener aspiraciones y cumplir sus objetivos.”

El otro eje de la salud psicológica, la satisfacción afectiva, va de la mano con las relaciones que se establecen en sociedad. “En la medida en que una persona se sienta a gusto con sus vínculos, puede alimentar una autoestima positiva y tener seguridad, sin olvidar que a través de esto se afianzan elementos de comunicación, formas de expresión o creación, así como la capacidad de compartir.”